Una tendencia que nos acerca el espíritu escandinavo a través del color, introduciendo la naturaleza del invierno en nuestro interior.
Piezas que destacan por su funcionalidad, en materiales nobles como el roble o el pino en tonos claros o poco tratados, diseñados bajo la premisa de “menos es más”.
Los muebles de formas geométricas y líneas puras nos transmiten sencillez y armonía.
En la decoración, destacan los detalles artesanales y los textiles, que aportan calidez y son necesarios para invocar la filosofía danesa hygge del bienestar.