La decoración se basa en la sencillez, espacios limpios y amplios en el que la luz natural es la protagonista.
Predominan los colores verde agua y el blanco, que se combinan con tonalidades terrosas y beige, con los que conseguimos ambientes de elegancia natural.
Materiales en bruto, libres de artificios. Fibras naturales trenzadas, mimbre, ratán y madera desnuda y en tonos blancos, piezas de barro, cerámicas, piedra y cal.
Los textiles rústicos, algodones y el lino, aportan frescor y suavidad a las cortinas y ropa de cama.